xoves, 23 de abril de 2015

El pequeño Davirón, análisis


¨El pequeño Davirón¨
Pilar Mateos



Análisis del contenido de la obra:

Título:

¨El pequeño Davirón¨
Extensión:

93 páginas
Ilustrador:

Javier Serrano
ISBN:

84-207-4362-3
Editorial:

Anaya
Año de edición:

1991
Imagen de la portada del libro

Resumen del argumento general:

Esta historia trata sobre la vida de los davirones, explica cómo es su forma de vivir, cómo son ellos y cómo es el lugar en el que habitan. A lo largo del libro, el protagonista Davi-davirón, vive una aventura única, camino a la ciudad. En el libro nos cuenta todo lo que le sucede en este viaje y como conoce nuevas realidades que no había descubierto nunca. La ciudad era algo totalmente desconocido para él y diferente a dónde él vive. El objetivo de su aventura era conocer o saber si los niños y niñas existían y que es lo que hacían cuando estaban contentos.


Temas o subtemas:

1.       Las emociones: en el libro se le da gran importancia a como se sienten cada uno de los protagonistas, puesto que según como se sienten lo reflejan de un color u otro en su piel. Se centran en valores como la alegría, ya que a lo largo de toda la historia Davi-davirón quiere descubrir cómo es la risa. Otra de la emoción es la curiosidad por aprender,  descubrir cosas nuevas y no vivir en la ignorancia.  Trata otro valor que es la ingenuidad, ya que los davirones son muy inocentes

2.      Convivencia y familia: Se aprecia como todos los davirones conviven en armonía y se ayudan los unos a los otros, además de la relación que tienen el protagonista con su hermano y su abuela.


3.      Espíritu aventurero : Se refleja cuando el pequeño Davirón, debido a la curiosidad de aprender a reír, se lanza a la aventura de ir solo a la ciudad, enfrentándose a sus miedos y a lo desconocido para vivir una nueva experiencia.

4.      La naturaleza: Es un tema que está presente en todo el libro, puesto que es el lugar donde habitan los davirones, cuidando y respetando el medioambiente.

5.      La diversidad: Podemos apreciar la importancia que la autora le da a este tema ya que según sus emociones, éstos se muestran como realmente son, además de que entre ellos no hacen distinciones por ser canelas o negros y todos tienen los mismos derechos e igualdades.


Ideas secundarias

-          -De los errores se aprende
-         - La educación sexual
-         - Favorece la imagen del niño frente a la del adulto
-         - Los colores
-        -  Visión del mundo contraria a la de la sociedad real


Estructura: relación entre capítulos

Esta historia consta de seis capítulos que nos cuentan la vida de los Davirones, su intención de aprender a reír y su aventura a la gran ciudad para que algún niño les enseñe. Esta historia, al igual que la anterior,  presenta una estructura similar. En los primeros capítulos se nos presentan a los personajes, describiendo su hábitat con mucho detalle. Además, se exponen las intenciones que tienen los davirones, es decir, su curiosidad por saber si existen en realidad los niños/as y su intención de aprender a reir. Los siguientes capítulos se basan en la aventura a la gran ciudad y los peligros que eso conlleva para los davirones, hasta llegar al capítulo final, donde se resuelve el conflicto. El protagonista encuentra lo que estaba buscando y de manera espontánea aprende a reír.

Los capítulos son los siguientes:
1. ¿Existen los niños?
2. El misterio de la risa
3. las farolas no se comen
4. Y un setter pelirrojo tampoco es un niño
5. El ser de los ojos portátiles
6. La risa del pequeño davirón

En el primer capítulo se explica cómo son los davirones y su entorno. Estas criaturas cambian de color según sus emociones, por lo tanto no se sabe muy bien de qué color son, aunque se piensa que son de color canela y algunos negros. Davilandia es un lugar muy apartado, lejos de la ciudad y repleta de campo y animales. Por otro lado, en boca de un grupo de davirones, se cuenta al lector como creen que son los niños/as, ya que la mayoría de davirones no creen en su existencia. Debido a esto hay múltiples rumores de cómo los niños son en realidad; si tienen varios ojos, su color, si tienen ruedas…

En el segundo capítulo se explica que los davirones viven en árboles de dos o tres pisos y que son muy rápidos, más rápidos incluso que las ardillas. La historia que se narra trata sobre la risa; la abuela les cuenta que los niños se ríen todo el rato y los pequeños davirones estaban muy tristes por no saber reír y deciden ir a la ciudad para que algún niño les enseñe.

En el tercer capítulo, Davi-davirón después de mucho insistir a sus padres, que se negaban a dejar que fuera a la ciudad, porque estaba llena de peligros como por ejemplo el panadero, que pegaba a la gente con la barra de pan, éste consigue el permiso para ir a la ciudad ya que toda Davirolandia quería aprender a reír. Para que Davi-davirón fuera a la ciudad, el sabio le da ciertas indicaciones de cómo debe actuar en la ciudad, por ejemplo, que la basura se tira en los pasos de cebra y para cruzar la calle hay que meterse en una papelera.

En el cuarto capítulo Davi-davirón llega a la ciudad y se explica cómo es el camino hasta llegar allí. Una vez en la ciudad siguió las instrucciones que le había dado el sabio y se enfrentó a los peligros de la zona, cuando de repente creyó ver a un niño y se acercó a saludarlo, el niño resultó ser un perro y su misión no pudo ser llevada a cabo.

En el quinto capítulo Davi-davirón sigue perdido por la ciudad con la intención de encontrar a un niño, pero lo primero que ve es a un extraño ser de piernas largas y ojos portátiles. El señor lo trata muy mal, le ignora y no le cree cuando el pequeño  le dice que es un Davirón, a lo que el señor responde que los davirones no existen.  Davi-davirón  pregunta al señor donde puede encontrar un niño y tras seguir sus indicaciones, llega a una casa y ve unos animales, que sin duda sabía que no eran un niño. Sigue su camino y al fondo divisa a un niño jugando con una pelota y sabe que es un niño porque tiene nariz.

En el sexto y último capítulo el que resultaba ser el niño que jugaba con la pelota era un elefante, pero Davirón no lo supo hasta que conoció a una verdadera niña, llamada Daría, que le explicó que ella era una niña de verdad y que lo que él pensaba que era un niño era un elefante. Al pequeño le hizo tanta gracia haberse equivocado de esa manera que empezó a reírse a carcajadas, junto con su nueva amiga. Desde entonces en un lugar muy remoto lejos de la ciudad ¨los viajeros que se han acercado hasta allí aseguran que se oyen risas contagiosas a cualquier hora del día y de la noche¨.


Alcance, novedad y consecuencia de las ideas centrales de la obra

Una de las novedades de esta obra es la intención de la autora de integrar al lector en la historia, es decir, nos hace partícipes utilizando como recursos: adivinanzas, acertijos y preguntas.

Por un lado, es una historia fantástica, novedosa y original, ya que el mundo de los davirones (seres fantásticos)  es totalmente diferente al nuestro, otorgándole diferentes nombres a objetos de la ciudad, como por ejemplo, confundiendo las acciones de los coches con los semáforos, los relojes con las farolas y las papeleras como paso de peatones.

Por otro lado, en la historia se describe muy bien la vida de los davirones, su entorno, sus pensamientos, sus emociones y sus aventuras. Con respeto a la temática creemos que es una obra muy llamativa y curiosa que puede interesar mucho a los más pequeños, ya que con ella podemos hacer diferentes actividades como cuentacuentos, hacer davirones de distintos colores según sus emociones, trabajar los estados de ánimo… incluso es una obra muy entretenida para los adultos ya que lleva a un mundo de fantasía, y el lector se evade del mundo real. Otra característica de la obra es que la autora escribe comparaciones originales e innovadoras, que llaman la atención del lector, como por ejemplo, comparar las gafas con ojos portátiles.

También nos permite introducir conceptos como la diversidad o el cuidado de la naturaleza, concienciándolos de que es muy importante respetarlo y cuidarlo. Otro tema muy importante es una buena convivencia familiar. La autora afronta los estereotipos sexistas de una manera muy natural, sin hacer una distinción muy precisa y sin darle más importancia a ninguno de los dos sexos.  Gracias a como la autora introduce este tema, a los profesores le será más fácil la tarea de introducir el tema en el aula.

Los conflictos principales que se muestran en esta obra son, en primer lugar, constatar si los niños existen o no y en segundo lugar, descubrir si existe la risa, ya que ninguno de los davirones se había reído nunca. Los dos conflictos se resuelven a la vez, al final de la obra, gracias al viaje aventurero que hace Davi-davirón a la gran ciudad, en la cual se encuentra a una niña y ésta le muestra la risa. Respeto al final de la obra, se puede decir que es un final cerrado, puesto que los davirones consiguen su propósito.

Tras contactar con la propia autora nos dio un dato curioso y es que: una editorial rechazó  El pequeño Davirón, porque creyó ver adoctrinamiento o algo semejante.  Quizá cuando se les describe como emprendedores y perezosos o, en otros momentos, convencidos de que todo el mundo dice la verdad y tiene buenas intenciones o no dejan de jugar aunque envejezcan  (todo ello como factores de felicidad); quizá cuando se dice que eligen lo que quieren ser de mayores, chico o chica,  hembra o macho.  Otro dato: para publicarlo en Nueva York, pidieron que suprimiera esta frase, situada en la página 70: “¿Es que los niños no se ocupaban de bajar a los davirones a la calle para que hicieran pis?”. Con este pequeño argumento que nos ofreció la autora consideramos que “El pequeño davirón” no se caracteriza por inculcar determinadas formas de pensar, todo lo contrario, a nuestro parecer, ofrece al lector un momento de diversión, curiosidad y busca de la felicidad.



  • En la siguiente entrada haremos una comparación de las dos obras expuestas de Pilar Mateos, ¨La bruja del pan pringao¨ y ¨El pequeño Davirón¨.




Realizado por:

Raquel Estévez Rodríguez
Ignacio González Almuíña
Candela González Barral
Elena López Fernández
Leopoldo Meijide Fernández

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